miércoles, 31 de julio de 2013

El dragón de mar foliado o Phycodurus Eques, que este es su nombre científico, es un ejemplo claro de la capacidad mimética de algunas especies. Aspecto, color, sistema de desplazamiento... todo está pensado para sobrevivir en su habitat sin meterse en problemas. Emparentado con los caballitos de mar, este pez con aspecto de algas a la deriva, es único en su especie... bueno, más exactamente, es único en su género. No hay ningún otro Phycodurus más que el Eques.


Imagen: Dive Gallery
Tal y como se puede ver en las imágenes, el dragón de mar presenta largas prolongaciones que acompaña de unos lóbulos que realzan su aparente aspecto vegetal. Colores amarillos y pardos son los dominantes, aunque también tiene la capacidad de cambiar su colorido para mimetizarse con el exterior que le rodea.

Su sistema de propulsión también está concebido para favorecer el camuflaje. Se desplaza mediante una pequeña aleta pectoral a la altura de su cuello y una aleta dorsal próxima al extremo de la cola. Estas son prácticamente transparentes y junto con su suave movimiento ondulatorio, ayudan al dragón a conseguir ese aspecto necesario de flotabilidad neutra.

Imagen: Deanimalia
Miden hasta 45 centímetros, aunque cuando se sienten amenazados pueden aumentar de tamaño para aparentar ser más grandes y agresivos. También puede dirigir los ojos de forma independiente obteniendo un campo visual mayor de lo habitual. Su alimentación se basa en plancton, algas y otros pequeños organismos marinos. Esta dieta es la que le permite cambiar de color.

El dragón de mar habita en las aguas templadas de las costas sur y oeste de Australia y a profundidades del orden de los 20 metros. Es el emblema marino oficial del estado de Australia del Sur.

Imagen: Faunatura
Como es habitual en tantos y tantos casos, su único depredador es el hombre, bien por capturas como animal exótico o bien por ser arrastrado en la pesca de otros peces. Actualmente no es una especie demasiado amenazada, aunque el gobierno de Australia lo tiene en su lista de animales protegidos.

Como en el caso de los hipocampos, el macho es el que se ocupa de la puesta. Para ello tiene una bolsa en el abdomen donde la hembra deposita los huevos que el macho fecundará y portará hasta el alumbramiento unas seis semanas después.

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